viernes, 13 de enero de 2012

Y otra vez viene y mil la luz de enero


Γεια σας όλους !
No hay vuelta atrás. Esta semana nos hemos puesto las pilas y hemos regresado a las clases. Sé que poco a poco hemos ido cogiendo algo de ritmo, pero todavía no terminamos de comprender qué es la rutina. De entrada quiero desearos un excelente año nuevo(ευτυχισμένο το νέο έτος). Que la paz, el amor y la alegría de vivir nunca nos abandone por muy negro que se presente a veces el panorama.
En esta segunda evaluación volveremos a la carga con el taller de cerámica y de maquetas. He encontrado unas buenísimas del Partenón.Todas las instrucciones están en inglés, pero no es imposible de traducir.
No olvido el taller de máscaras. Sé que lo más complicado puede ser pintarlas y encontrar el efecto, aunque en mi ausencia en el mes de noviembre pensé mucho en cómo hacerlas.
Por último, quisiera empezar este trimeste con unos versos de García Lorca. Estas vacaciones he estado releyendo su poesia y me sigue conmoviendo la fuerza y la pasión con la que traza cada una de las sílabas. De todos sus poemas nunca he podido sacarme de la cabeza el llamado Soneto de la guirnalda de rosas. Siempre lo recuerdo a principios de año. El pulso del verso es tan sentido, tan espiritual, que yo casi lo compararía con San Juan de la Cruz. De hecho, San Juan de la Cruz es un referente induscutible en su obra y la guirnalda de rosas no deja de ser un tópico literario sobre la fusión de los amantes, que ya tenemos en este autor.
La sensación y el espíritu de desvelo nos hace ser partícipes de su circunstancia. Es increíble. Es como si la Parca fuera tejiendo al compás de lo que explica. La inmediatez, la ocasión de compartir un sentimiento profundo de anhelo y de desdicha por la ausencia del amado me conmueven profundamente.Al final la unión termina derrotándolos, pero es tan esperada que no importa que sea casi letal.
A pesar del pesimismo la esperanza yace porque el amor puede con todo.
Como un camino lleno de luz, la luz de enero,  aquí estos versos, que nos iluminen toda la segunda evaluación:

¡Esa guirnalda! ¡Pronto! ¡Que me muero!
¡Teje deprisa! ¡Cantal ¡Gime! ¡Canta!
Que la sombra me enturbia la garganta
y otra vez viene y mil la luz de enero.

Entre lo que me quieres y te quiero,
aire de estrellas y temblor de planta
espesura de anémonas levanta
con oscuro gemir un año entero.

Goza el fresco paisaje de mi herida,
quiebra juncos y arroyos delicados,
bebe en muslo de miel sangre vertida.

Pronto ¡prontol! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados.


Para que siempre venga y mil la luz de enero.